Desapariciones en México y el Mismo Subterráneo: Un Análisis de la Hipótesis de la Depredación en Cavernas

 

Desapariciones en México y el Mismo Subterráneo: Un Análisis de la Hipótesis de la Depredación en Cavernas

La Magnitud de la Ausencia: Contextualizando las Desapariciones en México

La crisis de las desapariciones en México representa una de las tragedias humanitarias más profundas y complejas de su historia contemporánea, un fenómeno que ha escalado a cifras verdaderamente alarmantes y que ha transformado el tejido social de la nación. Lejos de ser un problema aislado o circunscrito a regiones específicas, se ha convertido en una crisis nacional con dimensiones que desafían la comprensión y la capacidad de respuesta del Estado. La magnitud de esta crisis no se entiende únicamente a través de los números, aunque estos por sí solos son escalofriantes, sino también al analizar sus patrones, sus causas subyacentes y la profunda cicatriz que deja en la sociedad mexicana. Para contextualizar adecuadamente cualquier hipótesis que intente explicar, aunque sea de forma especulativa, estas desapariciones, es imperativo sumergirse primero en la fría realidad de las estadísticas oficiales y los análisis que han desentrañado sus características principales. Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), la cifra oficial de personas desaparecidas y no localizadas al 31 de diciembre de 2024 alcanzaba los 121,675 casos [13 ]. Esta cifra, que superó la marca de 100,000 casos en algún momento del 2023, no se ha estancado, sino que ha mostrado un crecimiento preocupante. Durante 2023, el registro aumentó en un 7.3 %, y esta tendencia ascendente se ha mantenido en 2024 [11 ]. El ritmo de estas desapariciones es igualmente aterrador: se ha reportado un promedio de 40 a 42 desapariciones diarias, una tasa que convierte a México en uno de los países con los índices más altos de personas desaparecidas a nivel mundial [14 , 17 ]. El año 2024, en particular, registró la cifra más alta de personas desaparecidas en un solo año, con más de 31,000 nuevos casos [18 ].

La distribución geográfica de estas desapariciones tampoco es uniforme, sino que se concentra en ciertas entidades federativas que se han visto particularmente afectadas por la violencia relacionada con el crimen organizado. Los cinco estados que acumulan el mayor número de casos son Jalisco, Tamaulipas, Estado de México, Veracruz y Nuevo León, los cuales concentran casi la mitad (48 %) de todas las desapariciones del país [40 , 41 ]. Jalisco, por ejemplo, reportaba 15,025 casos en 2023, una cifra que se mantuvo alarmantemente similar a mediados de 2024 con 14,991 casos [43 ]. Estas entidades no son casualmente las que históricamente han presentado los mayores índices de violencia, disputas entre cárteles de la droga y una mayor presencia de grupos delictivos. La geografía del horror se superpone directamente con los mapas del narcotráfico y la inestabilidad social. Incluso durante el mandato del expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), se registraron 53,261 nuevos casos de desaparición, con estados como Jalisco (6,724 casos) y el Estado de México (6,540 casos) a la cabeza de esta lamentable estadística sexenal [49 ]. Esta persistencia y crecimiento del fenómeno a lo largo de diferentes administraciones subrayan la profundidad y el arraigo de sus causas estructurales.

Las causas detrás de esta crisis son multifactoriales, pero los informes de organizaciones de derechos humanos y organismos internacionales apuntan de manera consistente a un núcleo duro de problemas relacionados con la seguridad, la justicia y el Estado. El Informe Mundial 2024 de Human Rights Watch señala que miles de personas desaparecen cada año en México y que las autoridades "suelen no tomar medidas básicas para buscar a personas desaparecidas" [35 ]. Esta falta de capacidad o voluntad de actuación se agrava por una impunidad casi absoluta [16 ]. Las desapariciones forzadas, aquellas en las que existe la participación o aquiescencia de agentes del Estado, aumentaron un 98 % entre 2006 y 2021, según indican datos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) [30 ]. La omisión, la falta de investigación diligente y la colusión de funcionarios públicos con el crimen organizado son factores críticos que convierten a muchas desapariciones, incluso aquellas atribuidas inicialmente a particulares, en una responsabilidad del Estado [36 ]. La crisis forense que azota al país, con más de 72,100 restos sin identificar, es otra manifestación de este colapso institucional, reflejando un desafío humanitario y estructural de enormes proporciones [33 ]. Por lo tanto, la realidad de las desapariciones en México está intrínsecamente ligada a un contexto de violencia generalizada, a menudo perpetrada por el crimen organizado, pero facilitada y a veces ejecutada con la participación, tolerancia o inacción de las autoridades. Es un fenómeno arraigado en la tierra, en las dinámicas de poder, la lucha territorial entre grupos delictivos y la debilidad del Estado de derecho, no en las profundidades misteriosas del subsuelo. Entender esta dimensión terrenal y brutal es el primer paso para analizar cualquier otra explicación alternativa.

El Reino Subterráneo Mexicano: Cuevas, Realidad y Mito

México posee un patrimonio geológico subterráneo de una riqueza y extensión extraordinarias, un verdadero laberinto natural que se extiende bajo gran parte de su territorio, especialmente en la península de Yucatán. Este mundo oculto, formado por millones de años de procesos kársticos donde el agua disuelve la roca caliza, ha dado lugar a una vasta red de cuevas, grutas, cenotes y sistemas subterráneos que fascinan a científicos, exploradores y turistas por igual. Estas formaciones no solo son de una importancia geológica y ecológica incalculable, albergando ecosistemas únicos y acuíferos vitales, sino que también están profundamente imbricadas en la cultura y la cosmovisión de las civilizaciones que han habitado la región, como los mayas, para quienes los cenotes y cuevas eran entradas al inframundo, lugares sagrados y fuentes de vida. La inmensidad de estos sistemas subterráneos es tal que gran parte de ellos permanece sin explorar y sin cartografiar, alimentando la imaginación y, en algunos casos, dando pie a leyendas y especulaciones sobre lo que podría habitar en sus profundidades. Es precisamente esta combinación de inmensidad real y misterio inherente la que puede dar pie a hipótesis que trascienden la explicación convencional. Para evaluar de manera rigurosa cualquier posible correlación entre las desapariciones de personas y estos sistemas de cavernas, es fundamental primero comprender la verdadera naturaleza, ubicación y extensión de estos espacios subterráneos, distinguiendo la realidad geológica de la mitología que a menudo los envuelve.

La península de Yucatán alberga algunos de los sistemas de cuevas submarinas más largos y complejos del mundo, un paraíso para el buceo de cuevas y un campo de estudio invaluable para la hidrogeología y la espeleología. Dos de estos sistemas destacan por su monumental extensión. El Sistema Ox Bel Ha, cuyo nombre en maya significa "Tres Caminos de Agua", está ubicado al sur de Tulum, Quintana Roo. Durante mucho tiempo se le consideró la cueva submarina más grande del planeta, con longitudes reportadas que superaban los 270 kilómetros [0 , 5 , 7 ]. Sin embargo, exploraciones y cartografías más recientes han revelado que su longitud total de túneles sumergidos es aún mayor, alcanzando al menos 524 kilómetros [2 , 4 ]. No muy lejos de allí, al noreste de Tulum, se encuentra el Sistema Sac Actun, otro gigante del inframundo acuático. Este sistema también ha sido objeto de continuas exploraciones que han ampliado su cartografía conocida. En 2018, se anunció el descubrimiento de una conexión que unía Sac Actun con el sistema Dos Ojos, formando un pasadizo submarino de 347 kilómetros y convirtiéndolo en ese momento en el sistema más largo del mundo [6 ]. Cartografías más detalladas y actualizadas sitúan la longitud de Sac Actun en aproximadamente 369.2 kilómetros, mientras que Ox Bel Ha comprendería unos 319.5 kilómetros de pasajes intrincados [8 , 75 ]. Estas cifras, aunque variables según la fuente y la fecha de la medición, dan una idea de la escala colosal de estos acuíferos, que son cruciales para el suministro de agua dulce en la región. La existencia de estos vastos espacios, gran parte de ellos aún inexplorados, es un hecho geológico indiscutible. Sin embargo, su ubicación geográfica es un factor clave. Ambos sistemas, Ox Bel Ha y Sac Actun, se encuentran en Quintana Roo, un estado que, si bien no está exento de problemas de seguridad, no figura entre los que concentran el mayor número de desapariciones a nivel nacional, como Jalisco, Tamaulipas o el Estado de México [40 ]. Esta desconexión geográfica es el primer indicio de que una correlación directa entre la mera existencia de grandes sistemas de cuevas y las tasas más altas de desapariciones es, como mínimo, débil.

Más allá de estos gigantes acuáticos, México cuenta con una diversidad de formaciones kársticas en otras regiones. Se estima que alrededor del 20 % de la superficie del país es de naturaleza kárstica, lo que significa que está sujeta a la formación de cuevas y otras cavidades [77 ]. Estas zonas se distribuyen desde el nivel del mar hasta altitudes superiores a los 3,000 metros sobre el nivel del mar [77 ]. Por ejemplo, en Oaxaca existen cuevas notables como la Cueva del Río del Gallo y la Cueva del Tecolote [74 ]. El Sistema Garra de Jaguar, con 46.3 kilómetros de pasajes, es otra de las cuevas más importantes del país [76 ]. También existen "sótanos", que son cavidades a cielo abierto de grandes dimensiones, similares a los tiankeng chinos [78 ]. La distribución de estas zonas kársticas es amplia, pero no se superpone de manera consistente con los mapas de desapariciones. La cultura popular y el folclore, sin embargo, a menudo llenan estos espacios vacíos y desconocidos con criaturas y leyendas. La idea de seres que habitan en las profundidades de la tierra, alejados de la luz y la sociedad humana, es un motivo recurrente en la mitología de muchas culturas del mundo. En México, la rica tradición de leyendas sobre criaturas fantásticas, desde el chupacabras hasta seres ancestrales, puede entremezclarse con la existencia real de estos vastos y a menudo inaccesibles sistemas de cuevas. La mención de "seres que se comen a las personas" evoca mitos universales de ogros y monstruos, pero aplicados a un contexto geológico específico. Es crucial distinguir entre el valor cultural o literario de estas narrativas y la ausencia total de evidencia empírica o científica que respalde la existencia de tales criaturas. La biología nos enseña que ecosistemas complejos como los de las cuevas, aunque pueden albergar especies únicas adaptadas a la oscuridad (trogloditas), no sustentan cadenas tróficas que permitan la existencia de depredadores de gran tamaño capaces de cazar humanos de manera sistemática y sin dejar rastro. La "realidad" de las cuevas mexicanas es la de un entorno geológico fascinante, frágil y de vital importancia, no un refugio para depredadores mitológicos. El misterio reside en nuestra falta de conocimiento completo sobre estos espacios, no en la presencia de seres sobrenaturales.

La Intersección de la Tragedia Humana y el Subsuelo: Cuevas como Escenario del Crimen

Si bien la hipótesis de seres mitológicos habitando las cuevas y depredando humanos carece de cualquier base fáctica o científica, existe una conexión, trágica y muy real, entre el mundo subterráneo y la crisis de desapariciones en México. Esta conexión no surge de la fantasía, sino de la brutalidad del crimen organizado, que ha encontrado en las cuevas, minas abandonadas y grutas un escenario propicio para cometer y ocultar sus atroces crímenes. El subsuelo mexicano, en lugar de ser el hogar de criaturas legendarias, se ha convertido en un testigo silencioso y un contenedor de la violencia que azota la superficie. Los reportes de hallazgos de restos humanos en cavidades naturales o artificiales son, lamentablemente, una constante en la crónica roja del país. Estos descubrimientos no revelan la existencia de depredadores desconocidos, sino que exponen las macabras tácticas de ocultamiento utilizadas por grupos delictivos para deshacerse de sus víctimas y evadir la acción de la justicia. Las cuevas, con su difícil acceso y su aislamiento, ofrecen una aparente impunidad para quienes buscan esconder los rastros de sus fechorías. Analizar estos casos es fundamental para comprender cómo el espacio subterráneo es instrumentalizado en la dinámica de la violencia, y cómo esta realidad, aunque dramática, es muy distinta a la hipótesis de una depredación por seres desconocidos.

A lo largo y ancho del territorio mexicano, se han documentado numerosos casos de cuevas y otras formaciones subterráneas que han sido utilizadas como fosas clandestinas o lugares de ejecución. Estos hallazgos suelen ocurrir durante labores de búsqueda por parte de autoridades o, con una frecuencia cada vez mayor, por los propios colectivos de familiares de personas desaparecidas, quienes se han organizado para buscar a sus seres queridos allí donde el Estado ha fallado. Por ejemplo, en Chihuahua, un estado con altos índices de violencia, se han encontrado cuerpos en cavidades asociadas a la minería abandonada. En un tiro de mina conocido como "La Cueva del Murciélago" en el municipio de Aquiles Serdán, se localizaron un total de diez cuerpos sin vida [21 , 23 ]. De manera similar, en otra cueva de Chihuahua, fueron hallados los cuerpos de tres personas que presuntamente habrían sido enterradas allí [29 ]. En la Sierra Tarahumara, específicamente en San José de Guacayvo, municipio de Bocoyna, también se localizaron restos humanos en una cueva durante labores de búsqueda [20 ]. Veracruz es otro estado donde se ha reportado el uso de cuevas con estos fines. Se han hallado restos humanos en cuevas que eran utilizadas como fosas clandestinas por el crimen organizado [55 , 57 ]. Incluso en Quintana Roo, a pesar de no ser uno de los estados con mayor número de desapariciones, se ha encontrado una cueva con depósitos mortuorios en el recinto amurallado de Tulum, un hallazgo de carácter arqueológico que demuestra la antigua relación de estas cavidades con prácticas de inhumación [51 ]. Un caso particularmente ilustrativo de cómo la imaginación puede confundirse con la cruda realidad ocurrió en Chiapas en 2012. Cuando se encontraron 150 cráneos y restos humanos dentro de una cueva, la primera hipótesis fue que se trataba de una narcofosa, un lugar de exterminio del crimen organizado. Sin embargo, investigaciones posteriores determinaron que se trataba de un sitio prehispánico, un osario ancestral [69 ]. Este incidente subraya la necesidad de un análisis riguroso y basado en la evidencia, evitando saltar a conclusiones que mezclen la violencia contemporánea con restos históricos o mitológicos.

Estos hallazgos, aunque dispersos geográficamente, comparten un denominador común: son el resultado de la actividad humana delictiva, no de depredadores naturales o sobrenaturales. Las cuevas son utilizadas como una herramienta más por parte de los grupos criminales, quienes aprovechan sus características físicas para ocultar sus crímenes. Esta práctica se enmarca en el fenómeno mucho más extendido de las fosas clandestinas en México. Desde 2007 hasta 2023, se tenía registro de 5,698 fosas clandestinas en todo el país, en las cuales se recuperaron miles de cuerpos [52 ]. Estos "cementerios" ilegales se han encontrado en predios rurales, como el tristemente célebre Rancho Izaguirre en Jalisco, descubierto por colectivos de búsqueda y descrito como un lugar de "reclutamiento y exterminio" donde se hallaron fosas comunes y crematorios [50 , 53 ]. También en fincas abandonadas, como en Guanajuato, donde se localizaron 32 cuerpos en una sola finca [54 ], o en zonas urbanas y suburbanas, como en Zapopan, Jalisco, donde una sola fosa clandestina ha llegado a reportar el hallazgo de 34 cuerpos y 169 bolsas con restos humanos [64 ]. En 2025, solo en Zapopan, se reportaron al menos 109 cuerpos en 27 fosas clandestinas localizadas [60 ]. La magnitud de este horror interminable es tal que se han encontrado fosas "activas", donde las labores de exhumación continúan mientras se siguen descubriendo más restos [61 , 68 ]. Las cuevas, por lo tanto, no son la causa de las desapariciones, sino meramente uno de los muchos escenarios que el crimen organizado ha cooptado para sus fines macabros. Son una extensión subterránea de la violencia que se despliega en la superficie. La evidencia apunta de manera abrumadora a una causa humana y terrenal: la acción de grupos delictivos que utilizan el territorio, incluyendo sus entrañas, para sembrar el terror y ocultar sus crímenes con una impunidad que, como se ha documentado, es casi absoluta [16 ].

Análisis de Correlación: Desmitificando la Conexión Cueva-Desaparición

Para abordar de manera rigurosa la hipótesis que plantea una correlación entre las desapariciones de personas en México y la presencia de un sistema de cavernas habitadas por seres depredadores, es fundamental aplicar un análisis de correlación basado en la evidencia empírica y los principios lógicos. Una correlación, en términos estadísticos y científicos, implica una relación mutua entre dos variables, de tal manera que cambios en una variable se asocian con cambios en la otra. Es crucial recordar, sin embargo, que la correlación no implica causalidad; incluso si dos variables aparecen relacionadas, no significa necesariamente que una cause la otra. En este caso, las variables a analizar son, por un lado, la incidencia geográfica de las desapariciones y, por otro, la distribución geográfica de los principales sistemas de cavernas en México. Si la hipótesis de la depredación por seres cavernícolas tuviera algún sustento, esperaríamos encontrar una superposición significativa entre las zonas con mayor densidad de desapariciones y las zonas con una mayor concentración o extensión de sistemas de cuevas, especialmente aquellos no explorados. Sin embargo, al contrastar los datos disponibles, esta superposición no solo es inexistente, sino que los patrones observados apuntan en una dirección completamente diferente, desvinculando el fenómeno de las desapariciones de la topografía subterránea y vinculándolo de manera mucho más consistente con factores socio-criminales bien documentados.

El primer paso en este análisis es comparar los mapas de "puntos calientes" de desapariciones con los mapas de distribución de las principales formaciones kársticas y sistemas de cuevas del país. Como se ha establecido, los estados con el mayor número acumulado de personas desaparecidas son Jalisco, Tamaulipas, Estado de México, Veracruz y Nuevo León [40 , 41 ]. Estas entidades se caracterizan por ser escenarios de una intensa actividad del crimen organizado, disputas territoriales entre cárteles y altos niveles de violencia generalizada. Por otro lado, los sistemas de cuevas más extensos y conocidos del mundo, como Ox Bel Ha y Sac Actun, se localizan en la península de Yucatán, específicamente en el estado de Quintana Roo [0 , 6 , 73 ]. Aunque Quintana Roo enfrenta retos de seguridad, no se encuentra entre los estados con las tasas más altas de desapariciones a nivel nacional. Esta desconexión geográfica es un argumento poderoso en contra de la hipótesis. Si la presencia de grandes cuevas fuera un factor determinante para las desapariciones, Quintana Roo debería presentar una cifra desproporcionadamente alta, lo cual no ocurre. Las zonas kársticas en México están distribuidas de manera amplia, cubriendo aproximadamente un 20 % del territorio nacional [77 ], incluyendo áreas en Oaxaca, San Luis Potosí o Guerrero [74 , 77 ]. Sin embargo, los epicentros de la crisis de desapariciones no se alinean de manera consistente con estas regiones kársticas, sino que se concentran en áreas donde la dinámica del narcotráfico y la violencia social son los factores dominantes. Un mapa de distribución de cuevas, incluso con sus datos faltantes [72 ], no mostraría una correlación espacial significativa con el mapa de desapariciones.

La ausencia de correlación geográfica se refuerza al examinar las causas reales y documentadas de las desapariciones y los hallazgos de restos. Como se ha detallado, la principal causa de las desapariciones en México es la violencia relacionada con el crimen organizado, a menudo con la participación o aquiescencia de autoridades [30 , 35 ]. Los cuerpos que se encuentran en cuevas son, sin excepción según los reportes, víctimas de ejecuciones y ocultamiento por parte de estos grupos delictivos [21 , 55 ]. Las cuevas actúan como "escenario del crimen", no como el origen de un depredador. La lógica de la hipótesis del "ser cavernícola" se desmorona ante la evidencia forense y los informes de investigación. No existe un solo caso documentado, ni un indicio científico, que sugiera que una persona desaparecida en México haya sido víctima de un ser no humano o desconocido que habite en cuevas. Por el contrario, miles de casos están directamente vinculados a la actividad de cárteles de la droga, secuestros, extorsiones y la violencia generalizada. La crisis forense, con decenas de miles de restos sin identificar, es el resultado directo de esta oleada de violencia y la incapacidad del sistema para investigar e identificar a las víctimas [33 ]. Finalmente, la hipótesis de seres depredadores inteligentes que habitan en cuevas y se "comen" personas choca con principios biológicos y ecológicos fundamentales. Un ecosistema de cueva, por muy extenso que sea, no podría sostener de manera viable una población de depredadores lo suficientemente grandes como para cazar humanos, y mucho menos hacerlo de forma sistemática durante años sin dejar ninguna evidencia tangible: restos no consumidos, rastros biológicos, nidos, o una huella ecológica detectable. La cadena alimentaria en estos ambientes es extremadamente frágil y se basa en la energía que proviene del exterior (detritos, guano de murciélagos), no en la existencia de grandes depredadores apex. La falta absoluta de evidencia física, fósil o biológica de tales criaturas a lo largo de la historia de la espeleología y la exploración de cuevas en México es un argumento contundente en su contra. Por lo tanto, el análisis de correlación, basado en la geografía, la causalidad documentada y los principios científicos, concluye que no existe ninguna base real para vincular la crisis de desapariciones en México con la actividad de seres míticos en cuevas. La correlación es nula, y la causalidad apunta de manera inequívoca a factores humanos y sociales.

Conclusiones: Desenmascarando el Mito para Enfrentar la Realidad

El análisis exhaustivo de la crisis de desapariciones en México y la comparación con la geología subterránea del país permite llegar a una conclusión clara y contundente: la hipótesis que sugiere que seres que habitan en cuevas son responsables de la desaparición y depredación de personas carece por completo de fundamento empírico, lógico y científico. Si bien es comprensible que, ante una tragedia de magnitudes tan inconcebibles y la desesperación que genera la falta de respuestas, la mente humana busque explicaciones alternativas o incluso sobrenaturales, la responsabilidad de un análisis serio reside en atenerse a la evidencia disponible. La realidad, aunque brutal y compleja, es mucho más prosaica y, a la vez, más aterradora en su naturaleza humana. La verdadera "bestia" no habita en las profundidades misteriosas de la tierra, sino que camina entre nosotros, manifestándose en la forma del crimen organizado, la impunidad y la debilidad institucional. Desenmascarar este mito no es un ejercicio académico menor, sino un paso crucial para dirigir la atención, los recursos y la energía colectiva hacia las causas reales del problema y hacia las soluciones que, aunque difíciles, son las únicas que pueden aportar justicia y alivio a miles de familias.

En primer lugar, la desconexión geográfica entre los epicentros de las desapariciones y la ubicación de los mayores sistemas de cavernas es un argumento irrefutable. Estados como Jalisco, Tamaulipas y el Estado de México, que lideran las estadísticas de personas desaparecidas [40 ], no se caracterizan por albergar los sistemas de cuevas más extensos del país, que se encuentran en regiones como Quintana Roo [2 , 8 ]. Si la presencia de cuevas fuera un factor causal o incluso correlacionado de manera significativa, el mapa del horror se vería muy diferente. En segundo lugar, la evidencia de los hallazgos de restos humanos en cuevas apunta de manera inequívoca a la actividad del crimen organizado. Las cuevas son utilizadas como fosas clandestinas, uno más de los múltiples escenarios que los grupos delictivos emplean para ocultar sus crímenes [21 , 55 ]. Esto no indica que las cuevas "atraigan" la violencia, sino que la violencia existente en la superficie utiliza el subsuelo como un instrumento de ocultamiento. No hay un solo caso investigado que sugiera una causa no humana. En tercer lugar, la hipótesis de un depredador cavernícola choca con principios biológicos básicos sobre la sostenibilidad de ecosistemas y la ausencia total de cualquier tipo de evidencia física que respalde la existencia de tales criaturas. La falta de restos, rastros, huellas o cualquier indicio biológico a lo largo de décadas de exploración espeleológica descarta esta posibilidad de manera categórica.

La persistencia de mitos como el analizado, a pesar de la abrumadora evidencia en su contra, puede ser entendida desde varias perspectivas. En primer lugar, surge de la profunda desesperación e impotencia que sienten las familias de las víctimas y la sociedad en general ante un problema que parece no tener fin ni solución clara. La falta de respuestas por parte de las autoridades [35 ] crea un vacío de información que puede ser llenado por teorías alternativas, por fantásticas que parezcan. En segundo lugar, la naturaleza misma de lo "desconocido" que rodea a las cuevas, muchos de cuyos recovecos aún no han sido visitados por el ser humano, alimenta la imaginación y el miedo a lo que podría esconderse en la oscuridad. Este miedo atávico es un caldo de cultivo para leyendas y narrativas de horror. Sin embargo, es crucial distinguir entre la exploración de lo desconocido desde una perspectiva científica y la invención de explicaciones infundadas. El verdadero desafío que plantea el subsuelo mexicano en relación con las desapariciones no es la caza de monstruos mitológicos, sino la ardua, peligrosa y técnicamente compleja tarea de buscar y recuperar a los desaparecidos en lugares de difícil acceso, como cuevas, minas o fosas clandestinas. Esta es una labor que realizan día a día los colectivos de búsqueda y, en menor medida, las autoridades, enfrentándose a un terreno que es tanto físico como emocional.

En definitiva, para enfrentar la crisis de las desapariciones en México, es imperativo mantener el foco en la realidad documentada. Los esfuerzos deben concentrarse en fortalecer las instituciones de justicia y seguridad, combatir la impunidad que prevalece en la gran mayoría de los casos [16 ], desarticular las estructuras del crimen organizado y, sobre todo, en apoyar a las víctimas y a sus familias en su derecho a la verdad, la justicia y la reparación. La crisis forense del país, con decenas de miles de restos sin identificar [33 ], exige una inversión masiva en recursos, capacitación y tecnología. La búsqueda de las personas desaparecidas, ya sea en campo abierto, en zonas urbanas o en las entrañas de la tierra, debe ser una prioridad nacional. Las cuevas, en este contexto, son parte del territorio a investigar, no por albergar fantasmas, sino por poder ocultar los restos de víctimas de una violencia muy real y humana. Desviar la atención hacia mitos y leyendas, aunque sea producto de la desesperación, solo sirve para distraer de las responsabilidades concretas y de las acciones urgentes que se necesitan. La verdadera batalla no es contra criaturas de la oscuridad, sino contra la oscuridad de la violencia, la corrupción y la indiferencia que permiten que cada día decenas de personas en México sean borradas del mapa.

Referencias

[0] Ox Bel Ha - LA CUEVA SUBTERRÁNEA MÁS GRANDE. https://thebeach-tulum.com/es/blog/la-cueva-subterranea-mas-grande-del-planeta .

[2] Cómo se mapea Ox Bel Ha, la cueva inundada más grande del planeta y que no deja de crecer. https://www.tiempo.com/noticias/ciencia/como-se-mapea-ox-bel-ha-la-cueva-inundada-mas-grande-del-planeta-y-que-no-deja-de-crecer.html .

[6] Así es la cueva submarina más grande del mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-42718431 .

[8] Comparación de cartografía de cuevas subacuáticas. https://sites.northwestern.edu/monroyrios/comparacion_cartografia_cuevas-subacuaticas .

[11] Informe Nacional de personas desaparecidas 2024. https://imdhd.org/redlupa/informes-y-analisis/informes-nacionales/informe-nacional-2024 .

[13] México, el país que desaparece: sin rastro de 125.000. https://elpais.com/mexico/2025-03-23/mexico-el-pais-que-desaparece-sin-rastro-de-125000-personas.html .

[14] Primer año de Sheinbaum: México, con 40 desapariciones. https://adondevanlosdesaparecidos.org/2025/10/03/primer-ano-de-sheinbaum-mexico-con-40-desapariciones-diarias-y-bajo-el-escrutinio-de-la-onu .

[16] Desapariciones en México: “La impunidad es casi absoluta. https://agenciapresentes.org/2024/09/02/desapariciones-en-mexico-impera-una-impunidad-casi-absoluta .

[17] Entre enero y abril de 2025, México ha registrado 5 mil 147. https://www.instagram.com/p/DJN3Qr7NwNj .

[18] 2024 Registró la Cifra Más Alta de Desaparecidos. https://ibero.mx/prensa/2024-registro-la-cifra-mas-alta-de-desaparecidos-en-mexico-cualquiera-puede-desaparecer-pdh-ibero .

[20] Localizan restos humanos en una cueva de la Sierra. https://www.youtube.com/watch?v=tu8pJXQIHDk .

[21] Hallan diez cadáveres dentro de un tiro de mina "La Cueva del Murciélago" en Chihuahua. https://www.eluniversal.com.mx/estados/hallan-diez-cadaveres-dentro-de-un-tiro-de-mina-la-cueva-del-murcielago-en-chihuahua .

[23] Era de Durango Uno de los 10 Cuerpos Hallados en la “Cueva de los Murciélagos”, Aquiles Serdán, Chihuahua. https://www.nmas.com.mx/chihuahua/era-de-durango-uno-de-los-10-cuerpos-hallados-en-la-cueva-de-los-murcielagos-aquiles-serdan-chihuahua .

[29] Hallan cuerpos de tres personas en cueva de Chihuahua. https://www.elsiglodedurango.com.mx/noticia/2025/hallan-cuerpos-de-tres-personas-en-cueva-de-chihuahua.html .

[30] Apuntes sobre desaparición de personas. https://www.scjn.gob.mx/derechos-humanos/sites/default/files/Publicaciones/archivos/2024-02/apuntes-sobre-desaparicion.pdf .

[33] CRISIS FORENSE EN MÉXICO: DESAPARICIÓN DE. https://www.idheas.org.mx/wp-content/uploads/2025/02/CrisisForense.pdf .

[35] Informe Mundial 2024: México. https://www.hrw.org/es/world-report/2024/country-chapters/mexico .

[36] Desapariciones forzadas -. https://redtdt.org.mx/desapariciones-forzadas .

[40] Informe Nacional de personas desaparecidas 2024. https://imdhd.org/redlupa/informes-y-analisis/informes-nacionales/informe-nacional-2024 .

[41] Cinco estados encabezan lista con más desapariciones en México. https://es-us.noticias.yahoo.com/deportes/estados-encabezan-lista-desapariciones-m%C3%A9xico-223506813.html .

[43] Estos son los estados con más desapariciones en México. https://www.elimparcial.com/mexico/2024/07/27/estos-son-los-estados-con-mas-desapariciones-en-mexico-imdhd .

[49] Cuáles son los estados donde hubo más desapariciones en el sexenio de AMLO. https://www.infobae.com/mexico/2025/02/25/cuales-son-los-estados-donde-hubo-mas-desapariciones-en-el-sexenio-de-amlo .

[50] Qué se sabe del Rancho Izaguirre, el lugar de "reclutamiento y exterminio" del crimen organizado en México donde se hallaron fosas clandestinas. https://www.bbc.com/mundo/articles/c39v44pp1x9o .

[51] Localizan cueva con depósitos mortuorios al interior del recinto amurallado de Tulum, en Quintana Roo. https://www.inah.gob.mx/boletines/localizan-cueva-con-depositos-mortuorios-al-interior-del-recinto-amurallado-de-tulum-en-quintana-roo .

[52] El hallazgo de una fosa clandestina con 21 cuerpos vuelve a poner a Guanajuato en el centro del horror. https://elpais.com/mexico/2024-05-17/el-hallazgo-de-una-fosa-clandestina-con-21-cuerpos-vuelve-a-poner-a-guanajuato-en-el-centro-del-horror.html .

[53] México: Perturbador descubrimiento de restos humanos. https://www.ohchr.org/es/press-releases/2025/03/mexico-disturbing-discovery-human-remains .

[54] Localizan 32 cuerpos en finca abandonada de México. https://abc7.com/post/localizan-32-cuerpos-en-guanajuato-mexico-region-azotada-por-la-violencia/17444897 .

[55] 🚨 Hallan restos humanos en una cueva que era utilizada como fosa clandestina por el crimen organizado en Veracruz. https://www.facebook.com/MilenioDiario/posts/-hallan-restos-humanos-en-una-cueva-que-era-utilizada-como-fosa-clandestina-por-/1088596673297803 .

[57] Restos humanos encontrados en cueva de Veracruz. https://www.youtube.com/watch?v=FotIoZkHqcU .

[60] ¡alerta máxima en zapopan! 2025 deja al menos 109 cuerpos en fosas clandestinas y. https://www.facebook.com/CharlySaucedoTV/posts/-alerta-m%C3%A1xima-en-zapopan-2025-deja-al-menos-109-cuerpos-en-fosas-clandestinas-y/1383060426542955 .

[61] “Activas”, tres fosas ubicadas alrededor del estadio del. https://www.jornada.com.mx/2025/11/28/estados/030n3est .

[64] ¿Qué sabemos de la fosa con 34 cuerpos hallada en Zapopan, Jalisco? Podría ser la más grande de 2025. https://www.elfinanciero.com.mx/estados/2025/06/28/que-sabemos-de-la-fosa-con-34-cuerpos-hallada-en-zapopan-jalisco-podria-ser-la-mas-grande-de-2025 .

[68] Fosa clandestina en Zapopan sigue analizándose. https://www.milenio.com/policia/fosa-clandestina-en-zapopan-sigue-analizandose .

[69] Creían que era una narcofosa con 150 cráneos, pero era un sitio prehispánico. https://www.univision.com/noticias/america-latina/narcofosa-craneos-mexico-chiapas-sitio-prehispanico .

[72] Mapa de Distribución de Cuevas en México : r/caving. https://www.reddit.com/r/caving/comments/kib5yq/mexico_cave_distribution_map/?tl=es-419 .

[73] Map of the Sac Actun system showing geographic regions . https://www.researchgate.net/figure/Map-of-the-Sac-Actun-system-showing-geographic-regions-Cartography-by-the-Quintana-Roo_fig1_303139865 .

[74] Untitled. http://www.mexicancaves.org/maps/Oaxmaps.html .

[76] Origen y características del Karst. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/872018/Tema_1_Karsticidad.pdf .

[77] Biodiversidad de México. https://cmicef.org/wp-content/uploads/2021/11/Karst_Geodiversidad_y_Servicios_compressed.pdf .

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